
Abrí la puerta, salí a la calle y una brisa suave, seca y caliente, cargada de un aroma ya olvidado acarició mi rostro. Cerré los ojos e inspiré profundamente. El cielo estaba despejado y comencé a caminar sintiendo como mi espalda se caldeaba con los rayos de un sol ascendente.
No sé si fue la luz después de tanta oscuridad o el calor después de tanto frío, tal vez la sequía después de tanta lluvia. Desconozco si era apropiado atendiendo a la fecha en la que estábamos, ni siquiera era consciente de qué mes estrenábamos, la felicidad me había cogido con el pie cambiado.
No, no tenía respuestas y sí una única certeza: la primavera, por fin, había llegado a mi corazón.
Que hermosa es la primavera, creo que te renueva y eso está genial. Cambia tu humor muchas veces cuando como tu dices sales y sientes esa brisa.
ResponderEliminarMe gusta el otoño también, tiene su encanto pero la primavera es especial. Un besote, Lou
Sí, lo es. ¡¡La vuelta de la luz y el colorido!!
EliminarUn besin
Hola Anuca,
ResponderEliminarHe estado leyendo un par de cosillas tuyas y de verdad que me has gustado pues desprendes sencillez, ternura, pasión y sentido común entre otras cosas. Pero no quiero extenderme, pues no es aquí el lugar; no obstante, tan solo decirte que me apunto pues tengo que leerte con más calma y profundidad.
Un beso.
¡Hola Daniel!
Eliminar¡Bienvenido a mi rincón! Considérate en tu casa.
Muchísimas gracias por leerme, para mí es todo un honor que te dejes caer por "mis locuras".
Un besin